En mayo, Mes de la Memoria, compartimos una muestra de la exposición fotográfica “Las vidas detrás de las margaritas” realizada por las egresadas Mariana Burgueño y Tatiana Lagatta, como parte de su trabajo final de grado.

En la foto: Mariana Burgueño, nieta de Julio Correa.

Esta exposición “pretende aportar a la construcción del relato colectivo de las experiencias y de los relatos de vida de los marinos mercantes sindicalizados que fueron presos o detenidos desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar”. Desde una perspectiva “educativa y comunitaria buscamos visibilizar sus sentidos y narrativas que circulan y han circulado desde el golpe de Estado de 1973 en el Sindicato Único Nacional de Trabajadores del Mar y Afines (SUNTMA) y, en contraposición, por fuera de éste, en la memoria de alguna manera ‘hegemónica’ del pasado reciente que pone el foco en otros protagonistas más conocidos o populares para la sociedad uruguaya”.

De esta forma presentaron en 2023 su trabajo final de grado (TFG) Mariana Burgueño y Tatiana Lagatta, egresadas de la Licenciatura en Comunicación, titulado “Las vidas detrás de las margaritas”. Para este Mes de la Memoria, en la Facultad de Información y Comunicación (FIC) preparamos dos muestras con esta exposición: una digital que compartimos a continuación, y otra física que puede visitarse en el hall de la entrada principal al edificio, San Salvador 1944 esquina Juan D. Jackson, durante todo mayo.

 

“La vida detrás de las margaritas” hace referencia a la vida de los marinos mercantes sindicalizados en dictadura. Nuestro objetivo a lo largo de toda esta investigación y este proyecto, fue recolectar sus relatos de vida, en conjunto con su sindicato, el SUNTMA, para elaborar la muestra fotográfica que verán a continuación.

Desde el mayor de los respetos, deseamos retratarlos poniendo foco en su vida personal y militancia: sus pasatiempos, sus anécdotas de alta mar, la relación que tenían con su familia y cómo la dictadura afectó directamente a cada uno de ellos.

Es un trabajo realizado desde el más profundo amor y cuidando la identidad del sindicato y quienes lo integran y representan; es por ello que trabajamos en conjunto codo a codo con el SUNTMA, que nos acogió como parte de la familia desde el primer día.

Esperamos que cada una de estas fotografías les impacte de la misma manera que la historia de vida de cada uno de los personajes que la componen impactaron en nosotras y que de esta forma puedan llegar a conocerlos, no solo como militantes del sindicato, sino como gente común a la que le tocó vivir un infierno y por la que hoy seguimos reclamando memoria, verdad y justicia.

Mariana Burgueño y Tatiana Lagatta.

 

“Antes, sin haber tanta tecnología, se militaba más. Era el boca a boca, hacer las asambleas en el muelle, ir a los boliches, andar juntando gente. Miles de anécdotas, de hacer la olla pidiendo cosas en los puestos. Ahí te daban las verduras cortaditas, nos daban huesos con carne para hacer un buen puchero, y en la 25 de Mayo nos daban algunos bizcochos. Salíamos a la militancia. No había plata y había que salir. Los compañeros siempre que navegaban apoyaban con la cuota para el gremio, para el Partido. Gente muy honesta y fuerte. Las puertas del gremio abiertas. La solidaridad siempre nos caracterizó, porque el marino decía, «usted tire un cabito que después cuando estén en el mar le van a tirar otro»”. Richard Espantoso, 2023.

En la foto: Militante activo del SUNTMA, segunda generación de marinos mercantes.

 

“Mi padre fue toda la vida marino mercante, empezó a los 17 años. La lucha siempre fue constante y siempre fueron compañeros del Partido Comunista. Siempre estuvo al frente y fue quien nos educó para la vida, la gente del Partido te enseñaba que tenías que ser buen trabajador, buen compañero, y el primero en todo. A veces uno, con 17 años, tenía miedo, pero si esos viejos habían hecho esas anécdotas y esas cosas había que salir, hacer la lucha y estar”. Richard Espantoso, 2023.

 

“Nuestra diversión era ir al cine, el más barato, a ver películas polémicas y después salíamos a tomar lo que podíamos. Cada uno daba su opinión, nos quedábamos hasta las 4 de la mañana. Hablando de esas cosas, a pesar de las dificultades y necesidades, éramos felices. Tu abuelo, cuando hablaba de su hija, era como que le salía el sol en la cara. Tenía amor por la familia”. Alejandro Pintos, 2023.

En la foto: Mariana Burgueño, nieta de Julio Correa.

 

“En el ‘73 fue cuando cumplía los 15 años. Él estaba en ese estado de semiclandestinidad, pero el día de mi cumpleaños se apareció, obviamente, en mi casa, como se aparecía en las noches de Navidad. El sindicato era una familia. Mi padre tanto a nivel familiar como sindical era una persona que aglutinaba gente, todo se concentraba alrededor de él. Tanto es así que en mi casa antes se hacían reuniones de toda la familia, todos los domingos, y cuando se lo llevaron eso se dejó de hacer”. Hortensia Correa, 2023.

En la foto: Hija de Julio Correa, sentada en la puerta de la casa de su niñez.

 

“Mi madre era una gran comunista, secretaria de Finanzas (interina) en Montevideo, pero cuestionaba por qué en esos viajes no se fue él. Una de mis tías le ofreció todo para irse del país, y él contestó, «si el Partido no me lo permite, no». Mi madre se vino a pique cuando él dijo que no se iba del país”. Hortensia Correa, 2023.

En la foto: Hortensia sosteniendo en sus manos una de las únicas fotos que conserva de su padre en el día de su casamiento.

 

“Ese día había dado examen de física y me había tomado un té para descansar esa noche. Él se dio el lujo, porque era un desafiante, de decirle a los milicos cuando se lo iban a llevar: «Me quiero despedir de mi hija». Se mandó dormitorio para adentro, prendió la luz, me despertó, me dio un abrazo y me dijo: «Me vinieron a buscar»”. Hortensia Correa, 2023.

 

“En la esquina de Martin C. Martínez y Daniel Muñoz había un gran almacén que tenía teléfono. Los tres días antes de llevárselo, había tres tipos tirados en el cordón de la vereda, tomando cerveza, y a cada rato llamaban y avisaban lo que él estaba haciendo. Le llegaron a sacar una foto en una motoneta, porque precisaban una foto actual. Era una noche cerrada, era pleno diciembre del año ‘75 donde todo el Partido iba a ser arrasado de pique. El abuelo cayó el 16 de diciembre”. Hortensia Correa, 2023.

En la foto: Esquina desde donde espiaban la casa de Julio Correa, en Martín C. Martinez y Daniel Muñoz.

 

“Militábamos con alegría, éramos felices por la utopía. Pensábamos que íbamos a cambiar el mundo. Es otra alegría de vivir, de militar. Solidarios. De repente tomábamos un café entre cuatro porque no teníamos plata para todos. Recuerdo el respeto y el cariño que le tenían a Julio. Era un revolucionario de A a Z. Tenía amor por la gente. Quería cambiar el mundo por amor, él quería ver bien a la humanidad”. Alejandro Burro Pintos, 2023.

En la foto: Exmilitante del sindicato, exiliado en dictadura, con su carnet.

 

“Esos viejos compraron los primeros ladrillos para hacer el gremio, donde se organizaron todos los gremios portuarios y de administración del puerto, en el SUNTM. Y ellos tuvieron la inteligencia de hacer ese gran bastión. Uno se encariñaba con la profesión y con esos viejos que habían hecho esa lucha. Cuando empezó a venir la gente del exilio, los íbamos a buscar. Cuando salieron los presos les dimos entrada allá en Lindolfo Cuestas. Cuando llegaron los del exilio, había más cabezas para seguir y se siguió luchando”. Richard Espantoso, 2023.

En la foto: Fachada actual del lugar donde due la primera sede del SUNTMA, en la calle Lindolfo Cuestas.

 

“A mí me cuesta contarlo, porque lo veo. Yo ya había cumplido 17 años, entonces con mamá íbamos cada 15 días al Comando General del Ejército a preguntar por él. Yo a veces iba sola. Partía el alma que fueras con el bolsito para entregar la ropa de alguien que no iba a venir. En el ‘86, los integrantes del Partido tenían una especie de Tribunales de Honor. Allí una persona dijo que había escuchado a mi padre en un traslado que le hicieron en una camioneta, mi padre le dijo «Me van a matar». Lo reconoció por su voz”. Hortensia Correa, 2023.

En la foto: Centro clandestino de detención y tortura 300 Carlos, conocido también como Infierno Grande, ubicado en la Av. Instrucciones 1796.

 

“Se estima que en este centro clandestino de detención fueron detenidas, torturadas e interrogadas al menos 600 personas, caracterizándose por la gran cantidad de personas recluidas al mismo tiempo y por el perfeccionamiento en los métodos de tortura utilizados. Fue tal vez la mayor base de torturas. Allí los detenidos tenían adjudicado un número que les era colgado del cuello y por el cual eran llamados para convocarlos a las sesiones de tortura”. Recuperado de sitiodememoria.uy

En la foto: Memorial del centro clandestino de detención y tortura 300 Carlos o Infierno Grande.

 

“Nosotros tenemos el 16 de diciembre como el Día del Marino Mercante, por la desaparición de Julio Correa. Ese día hacemos distintas tareas: una conmemoración, un festejo, pero también reivindicando su figura. Hacemos charlas sobre quién fue, difundimos material. Lo que buscamos generar es que haya un sentido de pertenencia con él. Hacemos remeras con su cara, hacemos gorros con su nombre, pegatinas, placas para redes sociales. Tratamos que todos los afiliados y la sociedad sepan que lo sigue buscando la familia y nosotros también, es una causa del pueblo uruguayo”. Mauro Rivero, presidente del SUNTMA, 2023.

En la foto: Mural dedicado a Julio Correa, en Florida esquina Galicia.

 

Integrantes del SUNTMA frente a la sede actual del sindicato, 2023.

 

El TFG “Las vidas detrás de las margaritas” de Mariana Burgueño y Tatiana Lagatta se encuentra publicado en Colibrí (clic aquí) y fue tutorado por Alberto Blanco e Isabel Wschebor.

 

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